lunes, 22 de mayo de 2017

BALONCESTO EN LA MADUREZ

Características psicológicas del jugador de baloncesto en su madurez

La parte mental es la de mayor trascendencia y la que más debe trabajar el entrenador en sus dirigidos. Conseguir sacar el potencial de cada jugador es la tarea más sensible y de mayor satisfacción, al mismo tiempo, cuando se logran buenos resultados.

Un jugador de 45 o más años por lo general deja de intentar tiros, rompimientos o jugadas de penetración que lleven a la consecución de puntos. Tal vez la prudencia, la “sensatez” que traen los años, o las mismas limitaciones físicas hacen  que el perfil de la mayoría de estos jugadores los lleve a ser más cautos en sus ejecuciones, a jugar buscando equivocarse lo menos posible y por consiguiente su actuación  se convierte en un juego insípido y tibio donde la llama del riesgo sólo es un recuerdo de la juventud.

Ahí está la importancia del trabajo psicológico, a través de terapias de concientización, de motivación, de generación de confianza y de hacerles ver que todavía pueden ser tan productivos como antes. Esto puede conducirlos a que algunos de ellos logren producciones en puntos como en sus mejores épocas.

Conseguir rendimientos excepcionales, como 45 puntos en un partido, de un jugador de 46 años y catapultarlo a los primeros lugares de los goleadores, significa que es posible mediante técnicas neurolingüísticas, enfocadas en el cerebro, aprovechar lo mejor que tiene cada jugador. Elmer Hinestrosa, equipo Ucc Torneo empresarial Comfama 2011, Balmore Gaviria Alzate (50 años), entre los primeros  5 en el año 2017, en el mismo torneo).

La labor no es sencilla implica confrontar miedos, paradigmas y formas de hacer las cosas que tienen los deportistas que en muchos casos les impide aceptar o comenzar de nuevo a aprender. La seducción es el argumento para lograr que estas barreras caigan y se dé un nuevo comienzo para los jugadores que han llegado a su madurez.                     

No es cuestión de frotar la lámpara que tiene el genio… es cuestión de sacar el genio que hay en cada lámpara.


Olvivero Pinillos García.

Tecnólogo en Entrenamiento deportivo Sena